15.9.10

WorldBreak

La reunión familiar era tan escasa como de costumbre, sólo tres hermanos estaban en sitio y la hora. El menor, llegó tarde por supuesto y los mayores se lo echaron en cara, por supuesto. Por supuesto, terminaron discutiendo. Así que el hermano mayor decidió que deberian escribirse unos a otros. En un servilleta, Rosendo escribió su visión del mundo.

WorldBreak, por Rosendo

La llubia ácida mojaba la cara de todos aquellos que se asomasen a ver la bella y mortal luz solar. Las enredaderas crecían por toda la Gran Vía madrileña, por rascacielos, señales de tráfico y papeleras. Los pocos que quedamos no sabemos como empezó todo.

Un crack financiero hundió a los paises desarrollados por debajo de países poderosos como Irán y Corea, ante la amenaza nuclear decidieron atacar primero. El reloj biológico del planeta se había parado por un momento y no nacieron más hijos por culpa de la contaminación.

Estamos en el punto cero, no importa cómo. Tenemos la oportunidad de empezar de nuevo. la oportunidad de crear. Nada es de nadie, vives si puedes, mueres si sabes. De pronto los seres humenos hemos vuelto a tener un miedo lógico a los leones, panteras y serpientes. Ya no somos el vértice de la pirámide.

La naturaleza desplegó toda su ira en forma de volcanes y tornados, terremotos y ventiscas, y acabó con el mal hijo que no pudo cuidarse sólo que era el hombre. Un cataclismo informático silenció el mundo de la tecnología y el progreso, obligandonos a usar arcos y flecha, de pronto las murallas en las ciudades destruidas para facilitar su crecimiento empezaron a echarse de menos.

Empezamos a creer. Olvidamos a Dios, creemos en el hombre. Sabemos lo que puede hacer, pero nos llevaremos el secreto a tumba. Destruiremos las pruebas de lo que una vez fuimos para que nuestro hijos crezcan sin ese fantasma tras de sí. Sin que nadie los aceche por la noche, crearemos seres humanos sin sombra.

Una fatal casualidad, combinación de un virus fabricado e incontrolado y un antídoto ineficaz, acabó con la mayoría de la población terrestre.
Un inexplicable crecimiento de las plagas del trigo terrestre porbocó una hambruna que se extendió hasta los más ricos.

Seremos los dueños de nuestro destino. No amaremos nada para nosotros. Querremos a todos por igual y el sexo no será una prueba de amor. Olvdaremos el amor en alza del afecto. No tendremos nada y nada dejaremos tras nuestra, todos naceremos realmente iguales. Por fin el hombre tiene algo por lo que soñar.

Nada de eso era cierto... la única catástrofe fue nuestra naturaleza humana, nuestros modales, nuestra visión de nosotros mismos como conjunto. El hombre debe vivir sólo, nunca debe encontrarse para no ser feliz ni infeliz, para desevolucionar. Esa es nuestra maldición (Fenomenales poderes cósmicos, y un espcio chiquitín para vivir). Si alguno de los pocos hombres que quedamos se encuentra se creará la sociedad, principio y fin de las cosas mas bellas y malginas del mundo.

Somos dioses de un pequeño mundo... pero necesitamos el mundo del de al lado.

1 comentario:

  1. Este me ha encantado tío, es extenso pero te tiene enganchado en todo momento y no se hace pesado. Chapó!

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