31.7.09

El duende inspirador ha vuelto a casa..

Deja de compadecerte de ti misma. Me repugnas. Mírate, tirada en el sofá viendo programas de cocina. Eres patética. No sabes freir un huevo pero te gusta tragarte los consejos de tres chiflados armados con cuchillo y espumadera. Como en todo. Teoría sin práctica. Perra ladradora poco mordedora, y eso que detesto las frases hechas.
Sigue ahí y te convertirás en una amargada. En una mujer gastada y consumida. No te quedará corazón, sino un trozo de músculo con síndrome de diógenes.
Deja de compadecerte de ti misma, de hacerte la puta víctima. En realidad no te pega, eres mala actriz, acéptalo aunque la interpretación sea tu sueño. Frustrado, como en todo.

Dentro de media hora el techo dejará de caerse encima de tu cráneo. Como siempre, en unos minutos te levantarás, te ducharás con agua fría y saldrás de tu casa. Para variar, te pondrás a caminar a paso acelerado con el semblante triste y observarás a todas las personas que pasen alrededor imaginando lo que maquinan sus perversas, febriles, cachondas y nocheriegas quijoteras.
Entonces dejarás de compadecerte de ti misma. Acéptalo, eres feliz, pero te encanta llorar. Sé que te da morbo pensar que tu existencia no merece la pena.



Lo acepto. Me encanta vivir. Disfruto divagando en mitad de este inevitable caos.

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