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5.12.15

El perdón de los Ducados


Perdónanos, señor,
porque en la ausencia de tu luz
terminamos adorando al humo.

Como chamanes, renegados,
la vuelta al fuego del pecado,
de un pecado más allá de tus textos,
de tus prohibiciones.

Tan lejos parece de tus palabras
que se me antoja maquinado por tí.

Y si tú, que en tu infinita sabiduría
pusiste en mí ojos para ver a la candela
¿quién soy yo para cerrarlos?

¿Acaso estoy solo?
¿Acaso nadie lo ve?

No, somos millones.

Perdónanos, señor, por adorar
falsos ídolos que nos dibujan,
en su baile,
algo parecido a la sombra de duda
que siempre has venido a proyectar
sobre nosotros.

Y en el misterio tu burla,
y en la forma tu abstracción.

Los exfumadores peleando por el renglón
que es más cierto que el resto de ellos.
Tus palabras dispensadas por camellos,
ceniceros los cuerpos, al final, pero libres.

¡Qué terrible lo que dijeran
para invocar de esta manera tu venganza!
La libertad, de la vida, incompatible.
Así nos hiciste.

Perdónanos, señor, perdónanos,
ahora que la luna nos desnuda
y el humo nos viste.

…¿Fuego?

6.3.13

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Otra vez la pluma maldita.
Otro reflejo de un cigarro en la ventana.
Otra vez en los ojos dinamita,
de nuevo estos versos que me gritan,
otra vez, a las dos de la mañana.

Otra noche más oscura que mira
distorsionado su reflejo en el cristal
de otro zumo de la fruta de la ira.
Otro poema de mentira,
empezando las estrofas por el final.

Otro papel tachado,
otro tremendo ejercicio de realidad,
otro ataúd de cigarro embalsamado.
Me retiro, no hay delito si he pecado.
Otra canción de quietud, en libertad.


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Rafafields | 2013

15.5.10

Otra noche sin dormir

No sé cómo empezar a escribir esto, a desciribir lo indescriptible. Dusculpen las molestias, por las palabras que seguro no van a comprender.

Alguna vez han disfrutado de los sonidos de la noche? Son esos sonidos que no puedes escuchar a no ser que todo esté en silencio. A las cinco de la mañana no puedo dormir y me levanto, busco un cigarro en el paquete que malcompré el otro día. No tengo fuego y ando torpe en busca de algo que me ofrezca una chispa de calor. Hay un mechero de emergencia en la estantería, preparado para venir al rescate en caso de apagón. Lo cojo, lo enciendo, y empieza la música.

Me siento en la mesa más concurrida de la casa, ahora solitaria con la vista fija en la lumbre de mi tabaco. Una luz tan pequeña puede ser un sol en una noche como esta. Y entre mirada y cabeza la ogio, es la música de la noche que toca para nadie. El tica tac del reloj 5 minutos atrasado. El sonido mecánico de no sé que parte del frigorífico. Los muebles que se estiran de sueño, preparados para dormir, y crujen. No se escuchan coches ni sirenas. En las noches de tráfico los instrumentos no suenan bien. Pero todavía no he reparado en el intrumento central.

Alguna vez han escuchado el crujir del tabaco arder sin ayuda de la succión de los pulmones? Sí, arde por sí sólo, pero se han parado a escucharlo? Para hacerlo hay que acercarselo al oído, tanto, que sientes un calor demasiado grande para esa distancia y tamaño. Suena como suena el tiempo, que todo lo traga, en el rostro de las personas. Suena agresivo, pero sin furia, atenuado, maravilloso. La armonía se rompe con cada calada, que le da alma y devora más de lo que deviera. La ceniza cae como un cuerpo sin vida en el cenicero. Puedo oir su desplome, es seco, pero sin brusquedad. Todo magnífico, aparente, pero imperceptible. Es un acertijo. Un manjar sólo apto para el qe lo sepa apreciar.

Un ruido más me saca de mi trance. Toses a lo lejor, detrás de las puertas. No soy el único despierto bajo el mismo techo y esa es mi señal de retirada. A tirar millas. Antes de las letras doy muerte a mi pequeño Stradivarius. Su muerte sólo podía sonar de una forma, a roto. Porque sólo cuando estás en silencio puedes escuchar la muerte del tabaco. Suena doloroso, como un hueso que se rompe. Su tacto es arena en mi oídos. Pero no hay lamento, sólo trozos de fuego dispersos alrededor de la escena del crimen que luchan por vivir más segundos, y que se apagan sin rechistar. No hacen ruido al avandonar el calor, no quieren molestar. Me levanto, abro la ventana y tiro la colilla apagada. No pueden quedar pruebas. Lo pongo todo en su sitio. La orquesta sigue tocando para nadie, ajena a mi marcha, pero sin su solista. Sin su público, que corre al camino de la normalidad, ordenando las ideas para plasmar con palabras, con estas palabras, las maravillas de una noche cualquiera.

No se como terminar esto, cómo terminar lo que parece imparable. Resignado os digo, si lo habéis leido, una vez más, disculpen las molestias.

26.8.09

Chupitos de Chupaachups

En la otra punta de la chupiteria, una despanpante morena no le quitaba el ojo de encima. Era un foco, un punto, un centro gravitatorio de atención de todos los presentes. No era guapa, no tenia un cuerpazo... pero como miraba.
Intentar definir como miraba era algo se le antojaba imposible, por qué coño llebaba gafas de sol por la noche? Sus gafas de aviador eran un escondite para sus ojos, un escondite desde el que mirar sin ser mirado, y sin embargo, con la capacidad hacer sentir obsevados a los demás.
Su pelo era rizado y abundante, corto y tieso y en sus frágiles dedos sostenía un cigarro. No paraba de fumar. Lo miraba, lo estaba mirando, detrás de las malditas gafas sabia que lo estaba mirando. Pero si la certeza no esta de tu parte es preferible no correr el riesgo.
Pidió otro chupito de chupachups, vaya mierda, un chupito para niñas de 15 años. A tomar por culo, se dijo, otro!!
Y cuando se fue a da cuenta la tenia al lado. Bestia pantalones negro de pitillo con zapatillas converse. Siguió es camino que se dibujaba entre el negro del pantalón y la pared color amarillo teletubbie niña y su vista se encontró una hebilla de Jose Cuervo, y sobre si cintura poco pronunciada una camiseta blanca y un chaleco negro.
Sus labios no eran los labios de una venus, no eran carnosos. Los labios de las mujeres se han transformado a los largo de los años de la evolución para parecerse a sus otro labios y así excitar al hombre... porque no eran carnosos?
Pero deba igual, habia algo en ella que lo mataba, algo que le decia que hiciera con su cuerpo lo que quisiese. Sintó arrebatos de lujuria, de pasión, en dos segundo sintio arrebatos de amor, de estar con ella mientras se veia en los opacos cristales de sus gafas. Sintío celosde las miradas que se precipitaba sobre ese pequeño punto cálido de la sala. Reunió en valor para articular palabra:

- Qué bebes?
- Lo mismo que tu

Ya hay certeza, sin certeza no tienes nada, no ves nada, es como andar por la niebla, es como caer al vacío. La miró, sonrió y ella le devolvió una risa juguetona inesperada por su aspecto duro. Le pasó el brazo de la parte lumbar de su espalda de currante y padre de familia y con la otra cogió el chupito de absenta y de un trago. La garganta le ib a estallar y no sabía de qué, seguramente no era del chupito, con ese mismo fuego en la tráquea le preguntó:

- Cómo te llamas?

Tras una sonrisa juguetona...

- Rubén, como el de los pereza




PD: con todo el respeto que los aviones lleguen sin complicaciones xD

10.8.09

Sabe que le queda bien?

-No lo echas de menos?
-El que, el tabaco?
-Si
-No, no tengo mono de tabaco. He estado con gente fuamndome en la cara, y lo he soportado, y gente fumando mietras comia, eso me daba asco antes y ahora tambien...
-Entonces...?
-Es el ritual, es fumar en compañía, es tener una sensación que.... has sabido alguna vez que con toda certeza eso que haces y por lo que todos te odian, acabara mantandote de una forma dolorosa que te hará todavía más daño al ver que los que te rodean sufren más que tu? esa sensación de tirar toda tu vida social por la borda es lo que echo de menos, porque esa situación me da poder, porque el control el poder, y qué hay más poderoso que controlar tu propia vida?
La mayoría de la gente que fuma lo hace por adicción, yo me he demostrado que no, se lo he demostrado a los que me rodean y eso me hace mas mounstruo. El hecho de que fumes por que sí y no por necesidad te convierte en un necio en lugar de un enfermo.
Lo hemos de menos. Mi tabaco era como un brazo, era mi estilo de vida, mi pasaporte para la sociedad. F.U.M.A.D.O.R. Eso significa puertas cerradas en muchos sitios, significa reducir el número de mujeres accesibles, significa vivir siempre solo, significa una tortura china paternal. Lo hecho de menos.
La mayoria de los fumadores, me perdonan la osadía, no conocen al esencia del tabaco tan bien como yo, porque yo he disfrutado del tabaco en todas su formas: en su forma social, sensorial y en su forma poética. Sabina decía que es inhumano escribir sin fumar. No se si es cierto, lo cierto esque no hay nada mas poético, tan absorbente para mi. El fuego me hipnotiza, me hipnotizan las olas cuando llegan hechas espuma a mis pies en el mar, cuando el trigo describe el viento me hipnotizo y cuando juego con la fina arena de las playas me hipnotizo. Sé lo que digo, llebo al hombro los 4 elementos, pero el quinto elemento, mas hipnotizante y poético que los demás, es el humo, no cualquier humo, la elegancia descrita por un cigarro es única, ni siquiera el de la barilla de incienso de tu tia la hippie es siquiera parecido.
Lo hecho de menos, y cuanto!!. Hecho de menos fumar en compañia de la noche en unas horas que siento mías cuando el resto de la ciudad duerme, y en mi pequeña cocina de proletario que cree tener estilo me fumo el último de un perro día como tantos, y el rojo de su fuego me susurra tantas ideas, y el blanco cancer de su humo me grita tanta inspiración. Hecho de menos pelarme de frío bajo un tejado bajo el que apenas quepo con los pies mojados y la cabeza seca y un cigarro entre los labios que guardo celosamente incluso de mis manos, prisioneras del viento, inconscientes de que es más listo que ellas y se me lo quiere fumar.
Hecho de menos fumar con los míos, con ese tipo de persona que aunque no conozcas de nada pareces conocerla de toda la vida cuando la ves sacando un cigarro, de la que puedes adivinar su personalidad según la marca, de la que aprendes más viendo como se lo enciende que hablando con ella... y cuando ese tipo de persona es como tu familia... si llorara se me caeria la vida en agua cara abajo por renegar de lo que he sido delante de los mios y por la necesidad de compartir con ellos lo que esto en teterias, en bares, en la playa, el mi casa, en la suya, en la de aquel, en la facultad, en la biblioteca, y por la calle...
Hace mucho tiempo que me siento vacío, y no me equivoco cuando digo que nada, absolutamente nada me llena, pero tengo el consuelo de haber nacido para fumar, así nací y así moriré, fumador casual, habitual por rachas, quien sabe, lo mismo termino colgado de un puente...
-Disculpe, no le habia odío, estaba encendiendome uno desde el tercer párrafo
-Pues sabe que el cigarro le queda bien?