Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas

25.7.14

Piso compartido para 1

La última risa no sé dónde te la vomité,
la última ,última, vez no me la anunciaste.
No puede grabas ni hacer fotos.
No pude llevarme un tupper ni regalarnos el último polvo.
No pude fijarme en el cabecero que nos hacía de techo cada noche
ni chuparte la última cucharada de yogur naturalmente edulcorado.

Estas cosas no se hacen.

La horfandad me viene grande
y no quiero una paga en la conciencia por pena,
por responsabilidad.
Tampoco pude memorizar tu marca de champú,
contar los centímetros de tu angosto baño
ni ver cuáles eran los pocos alimentos que llenaban
tu frigorífico de estudiante recién llegada a la ciudad.

Tendría que haber avisado a tu casero.
Decirle lo que hacías, lo que hacíamos
en esa, su casa.

Como rompiste la cama, en plural,
y desencajamos los varales que nos anclavan a la tierra.
Dónde comimos otros platos a base de piernas
y batallamos sobre la mesa de cristal.
Platos que sabían a vida galáctica
y ahora,
a tabaco barato de contrabando cuando no estás.

Hablarle de cómo desde tu bajo y aquel sillón de la esquina
hemos visto amanecer con las cortinas abiertas
y el alma , y los labios, llenos de boqueras.

El suelo del subterráneo se hizo escalera
para llevarme por primera vez al rincón del animal.
En silencio,
había alguien más en la casa.

Lo ocurrido fue un problema de entendimiento.
Escuché “trinchera” cuando quisiste decir “tumba”.

5.8.13

Hell Limbo



Andando por la carretera
que recorren los cuerpos de los vivos,
recorté por derroteros, veredas,
y viejos puentes de madera
que cuelgan sobre abismos prohibidos

Ahora, entre la vida y la petenera,
conseguí soltarme de los estribos,
y vi que no era ni jinete ni cabalgadera,
sino viento, agua y luna nueva 
mezclados con la arena del camino.

Olvido lo que soy, que si no fuera
por el hambre, por la sangre que escatimo,
no podría, no vería, no sería de veras
no tendría el relámpago en las venas,
utopía de los cuerpos de los vivos.



19.11.11

Sobre las herramientas humanas

"Disfruta de la vida,
que lo demás te llega.
Es lo que queremos decir cuando decimos:
paz, colega"

Es un buen consejo. Me llama la atención como los buenos conceptos, a base de repetirlos, quedan anticuados, relegados a un segundo plano. Somos dueños de nuestro futuro, pero no de los futuros detalles. Nunca quise ser perfecto. Una herramienta puede ser algo perfecto, un ascensor, un plan de marketing. Una noticia puede estar escrita de forma perfecta y un poema puede expresar un sentimiento perfectamente. Pero yo nunca quise ser una herramienta de mí mismo. Será por eso que no me cuido, que no me preocupo por mi futuro. Por eso bebo lo que me apetece y dejo de comer si así se me antoja. Por eso fumo y falto a clase, y no cojo apuntes cuando voy. Porque yo no soy un ordenador optimizado para una tarea, porque las cosas optimizadas dejan de serlo, y porque nunca dejan de ser cosas. No se hablar bien de mí, porque no puedo vender un producto que no sé si compraría. Por eso, a veces pienso que no encajo. En una sociedad donde tienes que mejorar, donde tienes que parchearte, donde cada herramienta forma parte de ti, yo no persigo ningún fin, no tengo metas ni caminos. Yo soy consciente de lo que soy, un ser efímero, ínfimo y minúsculo, y es ese tamaño lo que me hace ver las cosas con cierta paz. Pero yo no quiero cambiar el mundo, solo ser parte de él. Aprovechar cada calada de aire, cada vaso de agua, cada nube del cielo. Solo quiero vivir sin plantearme si tener faltas de ortografía puede hacerme perder mi puesto de trabajo.