1.12.10

Volumen II, Antigüedades

He sentido esta noche de nuevo
mi condena llamando a la puerta
me escondí bajo un manto de dudas
mas mi puerta ya estaba entreabierta.
He sentido de nuevo el dolor,
las ansias, el miedo, el pavor....
He querido gritar a los vientos,
pero ella ha batido mi voz.
Me ha mirado directa a los ojos
y sus garras en mi pecho ha hundido.
Me ha marcado, de nuevo, tan hondo...
Me ha hecho su presa; me ha herido.
Maldita cárcel que me encierras
y te burlas de los golpes
que a mi intento de volar
me propician tus barrotes.
Acaba con esta tortura,
sé pía y abre mi reja,
o al menos, alza al cielo tu zarpa
y aplasta con ella, mi cabeza.

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