30.9.11

well if the river was a whiskey and I was a diving duck...


Parece que el tiempo ha cambiado de ciclo y no me he enterado. Me desperté esta mañana sin distinguir entre lo bueno y lo malo. Y, sin querer entrar en debates filosóficos, tengo la respuesta a tal dilema: me importa una mierda. 

Tras rodar del sofá al suelo me levanté y la boca me sabía a whisky, ¿para qué desayunar tostadas si el cuerpo te pide alcohol? Un cigarro, un par de hielos y un guitarrista yonki inconsciente con una rubia semidesnuda y con el cuerpo pintado haciéndole una de las mamadas más profesionales que he visto. La imagen perfecta para empezar el día menos importante de mi vida.

Me pongo unas botas de mi número que encuentro en el suelo y salgo al jardín. Ni se dónde estoy ni me importa demasiado. El sol aprieta, ¿dónde habré puesto mis gafas de sol? La rubia se ha cansado del yonki y se dirige a mí con unos andares ciertamente sensuales.

- El gilipollas este está casi muerto - dice - ¿te apetece pasar un buen rato?

Seamos realistas ¿quién se negaría a tal oferta? Pues tras pasar la mejor media hora de mi vida, que probablemente olvidaré antes de llegar a casa, me termino mi vaso de whisky, me enciendo un cigarro y cojo un taxi. 

- ¿A dónde señor?
- A la calle Mayson, pero tire por el puente Perry.

Mi casa está dos calles antes del puente, tendré que saltar en marcha, pero el taxista no podrá girar y buscarme, antes de que pueda reaccionar yo estaré tomando una cerveza en la cama. ¿Y después? Ya se verá.

Sólo tengo una verdad en mi vida, haz lo que te de la real gana y disfruta de lo que haces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario