Y otra vez leer, y otra vez pensar. Y otra vez la chaqueta y la sábana más arriba de los pies. Y ejercicios de lógica. Y esta irracional admite aquello que siempre le dijeron sobre su rotunda y absoluta racionalidad ordenadora. Y otra vez inventar palabras apalabradas. Y el invierno, y la lluvia. Pronto. Y paraguas rotos y disfrutar en la soledad de mi mente que inevitablemente gira en torno a esa cursilería llamada filosofía. Y otra vez. Pero diferente
Y así mi vida más que un círculo cerrado es una espiral
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