19.6.13

Alma fantasma

La amo. Bien sabe el universo que la amo, y que este amor me está consumiendo.

Hay veces que creo que me he vuelto loco, que es una alucinación en mi cabeza, que no existe, que es una diosa creada por mi subconsciente que habita en mi corazón para hacerme saber que puedo amar.

Miro atrás, pensando que está ahí, creo que huelo su perfume entre las masas de viandantes, oigo su voz en extraños sueños. Es un eterno fantasma que me acompaña constantemente, oprimiéndome el alma con su recuerdo hasta que dudo de su mera existencia.

Ella es mi guía, mi luz, mi sol. Es todo lo bueno que hay en mí y me está comiendo por dentro.

Necesito su tacto en la mañana y en la noche como el yonqui necesita su chute diario. Necesito su amor, sus besos. Enterrar el anhelo en las arenas de la playa.

La necesito aquí, en mi día a día, en mi vida.

La necesito real.

Conduzco en las noches por las calles buscando su tez entre los mares de rostros. Jóvenes borrachas, parejas volviendo a casa, niñas que se han escapado de las cárceles de sus padres, putas que ofrecen sus piernas de porcelana en los arcenes... pero ella nunca aparece.

Ella está más lejos, más allá de donde alcanza la vista, más allá de donde mis manos pueden estirarse.

Le pido a las nubes que transporten mi mensaje, que llenen sus oídos con mis palabras y sepa de mi amor. Que vivo en un sueño en el que no duermo, que no puedo despertar si no es con sus labios.


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