Mi taza de café

-Un café, por favor.
Para muchos, el café es algo tan cotidiano como lavarse la cara, o comer. Un café para desayunar, un café tras el almuerzo, un café tras una cena copiosa.... Un café para despejarte, para ayudarte a hacer más llevadero el día cuando no has conseguido dormir bien, un café por el gusto de deleitar su sabor, para evitar que se cierren los ojos durante la hora de la siesta, para mantenerse activo en las intensas noches de estudio y concentrarse en las largas mañanas de trabajo....
Hay quien toma el café en compañia de otros por el simple hecho de no estar solo; hay quien lo toma con la familia, los amigos, la pareja... Sin olvidar que hay quien lo prefiere en soledad.
A unos les gusta dulce, a otros les gusta encontrarse de frente con su sabor, para algunos es demasiado negro y amargo y deciden tomarlo con leche, siempre en su justa medida.
No hay dos personas en el mundo que hagan el café con el mismo sabor.
Puedes echar la misma cantidad de agua, la misma cantidad de café, la misma de azúcar y leche, pero nunca tu café será como mi café.
Yo lo tomo solo, con unas seis cucharadas de azúcar y con hielo. La compañía... depende de la situación, pero prefiero el café de la noche, ese que te tomas para mantenerte despierto y poder aprovechar para estar hasta el último segundo con alguien de quien te despides al día siguiente.

La vida es como una taza de café, cada uno la prepara como quiere, la toma cuando desea, y elige con quién disfrutarla.