Suposiciones

Supongamos que nos conocemos por casualidad en una cafetería. Supongamos que entablamos conversación y te digo que estudio un módulo de administración. Supongamos que recibo una llamada y, al colgar, te digo seriamente que era mi novia que acaba de romper conmigo. Supongamos que rompo a reír diciéndote que yo mismo la iba a llamar para romper. Supongamos que nos pedimos unas copas para celebrar mi libertad. Supongamos que te cuento cómo me salvaron la vida en el incendio donde murió mi perro, un san bernardo precioso. Supongamos que me río con tus chistes. Supongamos que se nos hace de noche y decidimos ir a cenar juntos. Supongamos que pasamos una velada preciosa. Supongamos que te miro a los ojos y sonríes inocentemente. Supongamos que se rozan nuestras manos por accidente. Supongamos que se hace tarde y decidimos despedirnos. Supongamos que llamas a un taxi. Supongamos que, cuando vas a entrar, te cojo de la mano y me lanzo y te beso. Supongamos que tras el beso sonríes y te digo buenas noches. Supongamos que te vas, con esa sonrisa inocente que antes supusimos.

¿Todo fue mentira?