24.9.09

10+15=25

Ni siquiera deseaban que fueras lo que eres. Pero llegaste. Siendo tan tú, tan imperfecta, tan cargada de excentricidades. Tan diferente. Tan sucia en un mundo tan limpio, o tan limpia en un mundo tan sucio.
Cuando todos caminaban, tú preferiste quedarte sentada. ¿Para qué correr? ¿Para qué caminar si no sabías -ni te imaginabas- dónde irían a parar tus pasos? ¿Para qué vivir deprisa? ¿Acaso la vida se termina tan pronto? ¿En serio es tan sólo un suspiro tan efímero como el latido de un corazón, tan sigiloso como el vuelo de una libélula en una tarde tormentosa? Te quedaste esperando que la vida viniera a por ti, y no sólo fue al principio. Tus días pasaban mientras mirabas tras un cristal empañado la lluvia caer, pensando que tu vida llegaría mañana. Sí, tu vida. Esa vida tan fantástica, tan cargada de emociones, de aventuras, de sentimientos, de locuras. Esa vida que sólo en las peores películas y en los libros carentes de seso aparece. Esa vida tan irreal con la que ni siquiera debería estarnos permitido soñar. Pero ella no llegaba.
Quisiste vivir, comerte el mundo en un tictac de reloj. Quisiste conocer a las personas pensando que el ser humano era maravilloso, que de todos aprenderías. Y te encontraste con un mundo lleno de malicia, de egoísmo. Ingenua... pensabas que el ser humano era espiritual, mas no leíste que su naturaleza es racional, como racional es el egoísmo, fuente de toda humanidad. Quisiste convertir al hombre en sueño, más el hombre sólo puede ser raíz de la mas ponzoñosa de todas las plantas. Porque por no tener, ni siquiera tiene veneno propio.
Querías tocar la luna con las puntas de tus dedos, querías sentir el amor que dibujan los poetas, querías beber del cáliz de la juventud que escriben los músicos, querías morir del éxtasis que tocan las melodías de los pintores. Querías hacer tantas cosas que no tuviste tiempo a nada. Porque vivir, mi niña, es sólo la más ardua de las tareas. No es un camino, ni un castigo. Es simplemente vivir. Es conducir hacia ninguna parte en una cálida noche de verano, es sentir el aire fresco desde la quinta planta de un edificio en mitad de ninguna parte, es llorar bajo un cielo estrellado sin pensar siquiera que jamás te dará tiempo a llegar a una estrella. Es sentirte todo y nada, en un segundo y para siempre. Es amar y odiar el aire, es el fruto prohibido, la esencia no encontrada. Es éxtasis, es horror, es placer y es un sinfín. Es tantas cosas y a la vez tan pocas, es tanto tiempo y, además, ninguno. Es nacer y es perecer, es reir y es el sufrir, es alzar la voz y no decir nada. Pero es, sin duda, un suspiro.
Un querer y un no poder, un poder y un no querer. Un cigarro en la ventana cuando todos duermen, un morir de forma paulatina. Ni siquiera querían que fueras lo que eres, y sin embargo, lo fuiste. Tal vez lo elegiste tú, tal vez lo eligieron ellos. Pero ésto, mi niña, es lo que eres. Y ésto, mi niña, es lo que serás. Porque sin duda, ésta es tu vida y ésta, eres tú.

2 comentarios:

  1. pues sobran los comentario jajaja... impresionate como siempre, donde te metias chica del mechero rojo? ajaj

    solo un matiz, me ha encantao lo del cigarro en la ventana cuando todos duermen, es tan nuestro...xD

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