28.9.10

La familia es la familia

Doña Antonia no lo podía soportar. No dijo nada para no organizar el triste espectáculo de todas las reuniones familiares, pero ya estaba bien, no podía callar. "Ahora me toca a mí". Era la mayor de todos sus hermanos, su cuidadora y benefactora durante tantos años. Tras la muerte de sus padres se hizo cargo de la familia. No decía lo que pensaba, pero se sentía una heroína. Soñaba con que un día la llevaran a Juan y Medio por la tarde para darle las gracias, besos y flores.

Las opiniones de los niños locos de la familia poco le importaban, tenían derecho a soñar. Pero ya eran mayores y ella haría por ellos su último sacrificio. Esta era su visión del mundo


La familia es la familia, por Doña Antonia


Los jóvenes de hoy en día se creen con derecho a hablar de todo. Creen que tienen el derecho a juzgarlo todo sólo porque han leído, visto u oído algo que les estimula. Bien, yo he leído también, la cosa es bien distinta del temario de filosofía del instituto. Lo único alo que puedes aferrarte sin caerte, lo único seguro del mundo, son los lazos de sangre. Para mí el mundo son una serie de conexiones sanguíneas más o menos próximas y extensas. Obviamente, no con esas palabras. No puedo con la pedantería.

Si tienes un problema acudes a tu familia, si no tienes techo, si te quieren matar, acudes a tu familia. Somos sociedades, unas más poderosas que otras, y nos ayudamos unos a otros. Así funciona. Padres, madres, tíos, abuelos, padrinos... Nunca te faltará de nada, o por lo menos, no tendrás menos que tus hermanos. Aquí estás seguro, éste es tu sitio.

Como toda sociedad, no es nada sin un líder. La cabeza de la familia tiene poder sobre los demás miembros. También tiene la mayor responsabilidad y es quien más sufre. La diferencia entre una empresa y una familia es que un director gana para gastar y una cabeza de familia no gana para disgustos, y además siempre da, nunca recibe. Es un sacrificio que alguien tiene que desempeñar.

Nuestra familia está dispersa, pero siempre unida. No importa donde vivas, sino cuanto tardas en venir si se te necesita. Amor, sangre, unidad y tradición. La tradición es la herramienta más criticada de la historia, pero es la que nos caracteriza, la que nos hace único. Los pocos afortunados que vivimos bajo esas 4 normas tenemos ventaja sobre familias separadas y enfrentadas. Porque cuando una familia se une no queda sino la victoria. Y la unión siempre hace la fuerza. Nunca cometas la estupidez se anteponer nada a tu familia. Puedes perder a tu trabajo y a tu mejor amigo. Puedes perder a tu esposa, pero nunca a tus hijos. La sangre es la sangre.

No somos déspotas, velamos por los nuestros. Somos la sociedad, atrasada y mal vista en estos tiempos de cambio, pero la más poderosa. No hay amor como el de una madre o un hermano. No hay sacrificio como el de un padre. El amor en las parejas puede ser efímero, no así cuando se demuestra ante Dios. El matrimonio es sagrado. El sexo fuera de él se permite. Puedes buscar en otro sitio lo que no hay en tu cama, pero debes dormir en ella todas las noches. No me opongo al sexo antes del matrimonio, pero tampoco a un matrimonio concertado, suelen ser los más poderosos. Y ser el jefe de una familia poderosa supera cualquier estímulo social o carnal.

Hay tiempo para muchas cosas, pero el amor es lo primero, la tradición, el deber y la responsabilidad. Porque unidos... somos invencibles.

1 comentario:

  1. Me sigue gustando muchísimo más el de Rosendo, pero en éste se demuestra (y se nota que sabes del tema) los ideales de mucha gente. Está muy currado.

    ResponderEliminar