18.9.10

Peces grandes

Todos se rieron de Rosendo. El más joven de los hermanos tenía qu salir con la visión más radical del mundo, seguramente ayudado por el efecto de algún psicotrópico. La puerta se abrió y por ella entro Angela. La bella Angela. El tesoro de todos su hermanos, la pequeña perla de la familia por lo que se está dispuesto a morir. Y ahora es oficial de artillería en Afganistán.

Se quedó largo rato en el umbral de la puerta. Después de arrancó de un tirón su servilleta a Rosendo. Sonreía mientras lo leía, igual que Rosendo. Bueno ciertamente no eran sonrisas iguales. Es sorprendente lo radicalmente distinto que significan dos sonrisas tan parecidas. Y dijo: "Quereis oir mi versión? Yo paso de escribirla..."


Peces Grandes, por Angela


Ni siquiera los católicos de España, muchos más radicales que los de Roma, puedes negar el poder de la evolución natural. De hecho el propio papado se encargó de demostrar la teoría del más fuerte, cuando era un estado militar y poderoso. Como yo lo veo, hay dos fuerzas que mueven el mundo humano, y no son el sexo y el dinero, si no el crecimiento y el conflicto.

La primera es bastante fácil de entender. Los pueblos crecen. Los cavernícolas se juntaban y hacían pueblos, los pueblo migraban y hacía ciudades, y así sucesivamente. Así se crean grandes onas hiperpobladas, blancos fáciles, dóciles como corderos.

La segunda, el conflicto, es una idea que puede chocar con vuestros principios pacifistas, heredados de una television heredera de unos vendidos con ínfulas de hippie. Todo está en contacto, y todo se mueve, así entendemos que todo choca entre sí. Ojalá esto sólo se aplicara a la física. Todo lo que existe en este universo está condenado a crecer tanto como pueda para romper chocando todo lo que pille. Incluso las plantas estrangulan a otras plantas. Esos seres indefensos, que creen que con 4 espinas pueden defenderse [;)], no lo son. Creedme, si los cáctus pudieran gobernar el mundo lo harían.

Todo eso de la destrucción me lleva el último punto de mi reflexión. La gente, vosotros, no podeis libraros de la maldición humana de dar nombre a las cosas. Y no sabe que somos piezas puestas en un orden determinado. Yo digo, no veas la cosa, ve las piezas. Yo digo, no ves un elefante o una farola, ve materia. El binomio más infernal creado por el hombre es destrucción-construcción, porque, que son esas dos plalabras sino sinónimos de poner las piezas en un orden determinado.

Alguien, un dia, tropezó on algo y cayo sobre un monton de cristales de colores. Para que su falta no fuera tan grave los recompuso creando un caleidoscopio maravilloso. Un bosque de norteamérica está siendo arrasado por un ejército de castores, destruyen árboles sin escrúpulos para crear una casa. Destruida la virilidad de Urano, y arrojados sus cojones al mar, nació de la espuma la bella Afrodita.

Yo digo, no le pongamos nombres a las cosas. Yo digo, destruyamos para construir

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