Asco, verdadero asco era lo que sentía por si mismo aquella noche. Todo había cambiado, poco a poco, pero ya no era él mismo. Sus labios no besaban desde hace mucho más tiempo del que deseaba, y mucho más del que decía. No mantenía una conversación que le llenase con nadie, no había miradas picantes, ni mensajes subliminales, ni roces accidentales. En su vida no había nada especial. Ni siquiera él podía considerarse especial a sí mismo, con lo de moda que está eso ahora.
Se sentía vacío, sin opción a compararse con nada, porque no conocía nada tan vacío, o por lo menos nadie tan vacío. Recubriéndose de su soledad cada vez más, untándose sus penas por el cuerpo, bañándose cada día en sus lágrimas. Como si un aura negra lo rodease. Su conciencia estaba amordazada y su mente llena de mierda que ni siquiera quería limpiar.
¿Sabes qué era lo peor? Que mientras él se sentaba con esa cara de repulsión y se fumaba ese cigarrillo mientras pensaba que asco de vida tenía y olvidaba que la culpa era suya por no hacer nada y dejar las riendas de su vida a la deriva, miles de niños, hombres, mujeres y ancianos estaban muriendo de hambre, siendo torturados, desangrándose, siendo atropellados o incluso violados. Pero era su vida, no la de otros.
Interesante, muy mucho sisi
ResponderEliminarPor cierto, dejad de usar la pizarra de la sala de ingenieros sin fronteras para hacer tonterias
Me han entrado hasta ganas de llorar.
ResponderEliminarMagnífico, como siempre :)