27.4.11

Me abrirás con tu luz

Decidí seguirle, era un destello de luz que pasaba fugazmente ante mi la mayoría del tiempo; otras, se detenía incandescente a observarme sin dejarme ver de qué se componía realmente. En su presencia, me invadía un sentimiento de desnudez, aquella cosa lo sabía todo de mí y yo de ella, nada. Ese misterio que le envolvía me atraía demasiado.


Decidí seguirle, no estaba segura de querer conocerle realmente, pero me encantaba verle brillar, su fulgor era mi triunfo, mi venganza por los años perdidos y los sueños sin cumplir.

Decidí seguirle, a pesar de ser distante, desprendía calor. Una atmósfera segura con la que poder sobrevivir a su lado, pero no.
Decidí seguirle, podía caminar junto a él, alumbrarme y calentarme con su resplandor, mas debía aprender a guardar la distancia, a no alejarme demasiado para no perderle, a no acercarme demasiado para no quemarme, a ir nutriéndome de su luz hasta conseguir brillar con luz propia.

Decidí seguirle, recorrí largos caminos tras él, esquivando meteoros, saltando agujeros negros y patinando sobre auroras boreales. Él seguía su camino sin inmutarse, sin variar la velocidad, tentándome cada vez más a querer su luz para mí.


Lo conseguí.


Y entonces, decidieron seguirme.

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