Son iguales. Siempre dicen que te llamarán. Que contarán contigo cuando te necesiten. Y tú esperas su llamada. Pasiva, ilusa, cruzada de brazos. Y lo peor es que piensas que llamará. Y los días se suceden mientras tu desesperación va transformándose en apatía y tristeza. Y tu alma henchida de dolor busca un por qué. Busca una causa y una solución. Te dijeron que te llamarían, los mismos. De cuando en cuando se repite la misma historia. Pero tu foto, la foto que les diste, estará ahora guardada en un cajón. Un cajón lleno de ilusiones partidas. Tu corazón roto pensando en el viaje a París al que no irás. Porque no te llama. Porque parece que todo sueño nace para morir al instante.
Peor que una historia de des-amor es una historia de des-empleo. Ninguna empresa va a llamarme.
¡Qué tristemente cierto!
ResponderEliminar