25.1.12

Martes noche


Vagando sin rumbo por las llanuras de la mente que se refugian en la almohada,
noches y noches sinsentido se unen y separan sin darte cuenta
de que no te has levantado ni a pajearte al baño desde hace días.

Pensando que la tristeza nace de la pérdida, 
los pequeños bebés tristes rompen el silencio de los entierros con su llanto
hasta que el hermoso rostro cubierto de sal les da una palmadita y eructan

Piensan que están tristes y lo que están es enfadados,
creen que es triste que alguien se vaya y por eso tienen derecho a llorar
lágrimas de egoísmo porque les han abandonado,
porque les han cambiado por un traje de madera de roble.

Pero la tristeza no es egoísmo, es desconcierto.
Es no saber si lo que realmente quieres es un coño húmedo para follar
o un delicado hombro de piel suave y olor cálido sobre el cuál llorar

tristeza es buscar la respuesta correcta entre lágrimas y semen,
y tan sólo encontrar polvo, ceniza y alcohol...


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