21.3.13

Por turnos


Y ahora voy yo
levantando mi aplastado culo de la silla
para buscar un mendrugo de pan
de ayer
al que untarle mantequilla
para acordarme del sabor.

Y ahora vienes tú
deslizándote entre la muchedumbre
sin saber dónde te metes
para encontrar algo
que ni siquiera sabes
que existe.

Y me toca otra vez
el acero de la lengua
y le toca otra vez
al pezón erguido,
como una cabeza que asoma de la tierra en la cima de la montaña,
esperando que lo muerda.

Y ahora nos vamos juntos
al final del universo
para volver,
quién sabe cuándo,
a limpiar las sábanas manchadas
del fruto de nuestros sexos.
 

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