11.5.13

Desde atrás


El músculo se atrofia cuando la cabeza,
llena de palabras limpias con sentido,
funciona en piloto automático.

El alma dormita
suspirando sueñecitos al aire,
ligeros como una pluma,

que se desploman sobre el suelo
liberando el humo y,
con él,
el músculo se atrofia.

Baño de gris mis entrañas
buscando un motivo para 
que el músculo no se atrofie,

encuentro miles de burbujas
con el reflejo de sus ojos,
el olor del mar y el calor del whisky en la garganta,
estallando una tras otra,
forjando la sonata del orgasmo
desde la parte de atrás de mi coche.

El músculo se atrofia si no se utiliza
o si no se sabe utilizar,
si me pierdo entre las sombras y
la única luz que encuentro
proviene del olor de su pelo en verano,
café y tostadas,
sexo por la mañana.

Un corazón fuerte puede latir 
tan intenso
que no permita que el alma deje de soñar
ni que el músculo se atrofie.




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