1.10.13

Un vestido rojo

Un vestido rojo. Rojo encendido para igualar el color vivo de sus mejillas. Rojo apretado que acentúa cada curva de sus pechos hasta la línea bien definida donde su culito se sienta cómodamente en lo alto de sus muslos. Rojo subido que atrae su mirada como una herida sangrando, como una ambulancia gimiendo, como una tarta de queso con esa capa de fresa suculenta esperando a ser devorada. Ella se estaba retocando el maquillaje. Él estaba mirándola. 

Un traje negro. Negro al estilo Johnny Cash. Negro gallardo que destaca su piel oliva con los pequeños arañazos y mordiscos debutando en la nuca. Negro nigérrimo que come los colores, que huye de las luces, que tienta a los osados. Negro oscuro que hace brillar aún más fuerte la mirada candente que exige saciedad. Él estaba mirándola. Ella se estaba retocando el maquillaje.

Ella tenía la boca medio abierta. No podía maquillarse sin hacer ese gesto. Parecía que estaba a punto de tragar un bocado. Él lo vio como una invitación, pero no se atrevió a moverse. El reflejo de ella le daba una vista de sus senos. Todavía no se había puesto el sostén y sus pezones acusadores le estaban señalando incesantemente a través de esa tela fina. Él lo vio como una invitación. Desde su punto de vista su espalda era lo más visible. La espina dorsal arqueada que por arriba, se iba escondiendo en el pelo suelto. Por debajo, se iba caminando por donde la espalda pierde su nombre. Su culo. Su culo redondo, su culo voluptuoso, su culo precioso. Él buscaba la huella de sus braguitas, pero como evidencia de los pezones desenvainados, ese culo estaba libre, plenamente libre, pero inconsciente del peligro inmediato. El hombre vestido de negro inició la caza contra su presa que ya llevaba el color de su destino. 

Al ver el movimiento de su reflejo en el espejo, ella se detuvo. La mano con el cepillo bajó de su cara y ella le miró atrevidamente. Él dejó de moverse. 

      "Te ves muy hermosa" le dijo a ella. 
      "Te ves muy hambriento" le dijo a él.

El ataque era abrupto y el banquete abundante y extenso. Después, cada uno se levantó. Él empezó a vestirse de nuevo. Ella recogió su vestido del suelo. Él apretó los botones de su camisa y le echó un vistazo. Ella se estaba retocando el maquillaje. Él estaba mirándola.

- M.S. -

1 comentario:

  1. Genial!! Gran final :D
    Y ademas o pino que M.S. debería hacerse una cuenta aquí jajaja

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