9.3.14

Ángel Nocturno


Hace tiempo que no me pregunto
¿a dónde?
Que no cuestiono mi porqué,
que no permito ni al viento
siquiera
que cuestione mis razones
que ni yo mismo sé.

Hace mucho que me peleé con
el destino,
hace tanto que llevo en esta escapada
que ya me siento libre,
que guío a las gaviotas
hacia el mar,
que me siento el albatros
que se salvó en cangurolandia.

Mis alas, amigo,
no conocen más que la cara
superior
de las nubes,
sobre mí sólo están
el padre de día
y la madre de noche
junto aquellas todas
motas brillantes,
restos de los dioses que
matamos.

Los días se resbalan
en mis plumas como
las gotas del rocío
que dejo caer en alta mar,
el sueño reprimido
por jamás parar de volar
y ahora soy pájaro sin
nido al que volver
con tan sólo un cielo
que surcar,
mas ¿quién vendrá a buscarme?
¿por qué siempre echar a volar?

Hace tiempo que no me pregunto
¿a dónde?
Que no me cuestiono mi porqué,
que no permito al viento
siquiera
que cuestione mis razones
que ni yo mismo sé.


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