8.4.14

Gravedad.



1975.
20 de Noviembre.

El viejo cayó en la caja después de una angustia final 
recetada por el Karma: vengativo, incisivo y salado.

Prestado con celo del dolor de los infiernos de azufres 
y fuego eterno de más allá de los ritos y religiones de todas las galaxias.

Horas después del funeral y la pompa, la tierra engulló la cápsula
del tiempo a los abernos, con hambre de justicia también.

Y el suelo empezó a ceder, y el ataúd del dictador caía cada vez más y más.
La tierra cedía tras la espalda del caudillo y se adentraba más y más profundo.
Una caída libre de miradas. Una caída solitaria.
Una caída que tejía una gruta en la garganta del planeta.

Traspasaba capas de la litosfera. Se adentraba en lo inexpolorado.
Y el núcleo de fuego del centro de la tierra abrazó la diminuta caja de cerillas 
que contenía los restos de Franco. 

Al fin a salvo de los horrores que en vida cometió, y castigado por ellos.
Por sus pecados cometidos contra los hijos nacidos y deseados de la tierra.

Por sus crímenes contra sus hermanos,
la tierra madre abrazaba los restos de su hijo traidor 
contra su pecho de fuego.

Y así fue como el viaje a los infiernos del General Francisco Franco, 
supuso en realidad el mayor acto de amor y bondad cósmica 
que un ser humano pueda percibir: 
El abrazo de amor y perdón verdadero 
que solo una madre puede otorgar a un hijo..

Y así fue como se abrió un camino hacia abajo, 
custodiado por el mármol del Valle de los Caídos.

Dicen que el 20 de noviembre de 1975 
se abrió una puerta al centro de la tierra. 

Justo donde se supone que esta enterrado Franco.

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