16.4.14

S.Magdalena

¿Y si ya lo he decidido y soy tu Mª Magdalena?
La ramera de esta historia,
la perdida, la olvidada.
Ni las piedras me tocaron tras los años en la sombra.
La chatarra siempre brilla al son de las monedas.
Malamujer, malajuntera.
Cadena apretada al cuello.
Ahora que bebes vinagre y ya no eres un profeta,
sacrificarán a su mártir: nuestra historia.
La pasión no vende.
Viuda y apócrifa,
qué mal gusto el de sus verdades.
Condenada a ser la otra,
la amiga, la amante.
La que besa las heridas aun sin poder lamerlas.

El día que Magdalena hable, dejará de ser Santa.

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