Vomitaré esta noche
lo echaré todo sobre mí,
recordaré el sabor amargo
de la cerveza
y lo dulce del vino.
Vomitaré lo que me hizo reir,
el asco que me doy.
Rozaré con mis dedos,
la profunda campana
de volúmen bajito,
sin sonido.
Sentiré contraerse
mi cuerpo
como reviviéndose
a sí mismo.
Expulsaré el ácido veneno,
potente corrosivo,
aviso maldito
de que vendrán
los trozos, borrosos,
de mis recuerdos vitales,
simples pedacitos.
Volverán los espasmos,
el sentimiento de ahogo
mi cabeza hundida
en la taza,
el temblor de un cuerpo
que no aguanta,
que no contiene
las lágrimas de emoción
a la espera de que sea mi alma
lo que me salga por la garganta.
Y hubiera sido un gran desahogo... vomitar el alma...
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