7.7.14

Vodka



Arpías de fuego que succionan cadáveres
como flores.
Fuego que inunda la boca y me abrasan
las olas bestiales de tu cuerpo.
Musas nauseabundas que deambulan
ante el submarino de mierda de las calles.

Océanos de arcadas,
un frío hirviendo en mis ojos,
tus labios candentes sobre mis piernas.

Me diste el primer beso en aquel coche
menstruado por las ruedas,
cosido al suelo.
Un beso húmedo con sabor a
saliva de selva.

Tu cuello olía y sabía a un iceberg,
y pude verte el alma en la tormenta
de aquel paseo que nunca dimos.

Esas manos que nunca tocaré
y que nunca serán mías, ni las tuyas.
Aquella mirada tuya de atravesarme
todo,
hasta las bragas.

Incluso eso lo hacías bien.
Ahora solo quedo yo,
o eso creo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario