21.9.14

La Corte' los Milagros

Ayes de aquellos
que como nosotros van buscando
el mínimo encuentro.

Enésimo intento
de dispersión, de fusión con el todo.
separando la tierra y el agua en el lodo.

Te escupo en las manos,
te beso los codos,
te llamo hermano,
te mato,
y le echo la culpa al oro.

Los ayes de los perdidos
más benditos que malditos
de evitar la senda de Dios.

Tetrabrik en el calvario,
en la orillas de un Gangesh
donde todo lo que fuimos,
todo lo que tuvimos
revive.

La corte de los milagros.
Todos ellos nos miran como
si no supiéramos lo que es el hambre.
Y a estas alturas nada me avergüenza más,
porque hambre que espera hartura
no es hambre ninguna,

hija puta esta infección de saciedad.
Cuando como te pienso y me follas,
cuando follo te pienso y me comes
por dentro
¿qué es esto?
y sobre todo
por qué no puedo llenarlo?

El saco del esclavo que
se piensa dueño del mundo
y su libertad se limita a consumirlo.


Y tras su química digestión
la mierda elaborada en entrañas infernales
nos gusta tanto que con ella
hemos de pegar el papel de las paredes.

Pero la peste se mueve
hasta las fauces de la bestia y
aquel ser divino con que nos vestimos
cae del teatro del cielo como un ángel negro.

Ya no nos gusta el papel de las paredes,
ahora la moda es lo crudo.
Y arrancando los últimos vestigios
de lo que alguna vez fue remotamente parecido
al mundo en que vivimos,
dejamos la mierda al aire.

Ahora,
solo las ascuas del papel tras el incendio
como impresas en negativo
sobre la mierda elaborada
de habernos comido el mundo.

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