7.10.14

La vergüenza




Cuantas veces me equivoqué,
ayer, pensando que
al quitarme la ropa
me quitaba la vergüenza,
ayer, pensando que
al bajarme las bragas
me desnudaba.
"¿Qué te pasa?", preguntabas,
Me pasa la vergüenza,
y el desnudo.

Qué descaro confundir máscaras con caras,
confundir ser verdaderos con estar en cueros.
Como si enseñar las tetas
no se convirtiera en un disfraz más.
Como si enseñar el culo
nos hiciese más puros,
menos contaminados, más animados,
menos humanos, más de verdad.

¡Qué quiero desnudarme, te digo!
Y no sé cómo se deshace el tejido que cubre por dentro,
y me mintieron cuando dijeron que
«lo más profundo es la piel»,
¿cómo puede ser?, si manoseando mi cuerpo apenas tocaron mi superficie...
¿cómo puede ser?, si sudando sobre mi cuerpo apenas me hicieron derramar fluidos
de hiel.
Lo más profundo no es la piel, es el espíritu
aunque el espíritu sean las tripas y los rugidos,
y la angustia por el pasado y el miedo por el futuro
y la sangre con la luna llena cuando mi útero se desgarra
y las garras que no quieren soltarte porque veo cómo me amas
cuando me dices que quieres desnudarme
cuando me dices "el mundo te viste, Laura,
desnúdalo, ¿de qué tienes vergüenza?".


2 comentarios: