19.10.14

Te aprecio mucho


La bruma parece disiparse,
la brisa entra por la rendija
de la ventana,
me hace sonreír,
te hace real,
todo parece poder ser
feliz.

Las cuerdas suenan de nuevo,
nunca hay noche sin
guitarrra,
nunca hay vida sin
músicca,
nunca amor
sin
dolor.

El ritmo disfruta
buscando el alma entre
tantísima tinta tenue,
las manos suenan
y no aplauden,
pues el humo y la levadura
hicieron su
efecto,

no importan más que tú
o yo,
que no existo,
que no hago más que ser y no estar,
sin ser y estando,
borracho y
melancólico,

y entonces...


¿qué más da?



No hay comentarios:

Publicar un comentario