14.2.15

El niño (muerto).


"
El niño (muerto) 
jugaba con los antiguos peluches
ásperos
por el tiempo.

Tampoco sabían respirar.

El aire nocturno
seguía entrando por la ventana
con un viento rancio, tembloroso
y frío.

Repetitivo.

El niño no sabía dormir
esa noche.

Los pájaros
más negros
del mundo
hacían ruido de celo
en su inocente cabeza
de niño (muerto).

Tenía los ojos tristes
y cerrados,
pero nadie podía verlos.

Soñaba despierto
el niño (muerto).
Y recordaba las caras
de la gente
que salía en las fotos
que nunca había visto.


La ciencia, estúpida,
le despertaba
de su inconsciencia
falsa y tibia.

Y salía a pasear
por las madrugadas
que tenían
los días
de las noches en vela.

Por el callejón estrecho del Barbarela.


El niño (muerto) 
la viva imagen
de un espejo limpio
y sucio.
Vacío
y viejo.

¡Niño!.

Muerto y nuevo.
Vivo. (Muerto).


El niño muerto 
jugaba con los peluches antiguos
y los veía respirar



viviendo. 
"

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