11.1.11

La luz se ve mejor desde la oscuridad

Anocheció pronto...
Era la noche más oscura que había visto y, a la vez, la más bonita, no habría imaginado otra igual.


El sonido del agua alrededor me tenía anestesiada, el movimiento de la barca me mecía y el aire templado me acariciaba el rostro como nadie lo había hecho jamás.
Jugaba con el agua entre mis manos imaginando las extrañas criaturas que me estarían observando desde lo más profundo de aquel océano infinito; todo era oscuridad, aire y agua en cantidades justas, como medidas por una balanza.


Entonces me tendí y miré al cielo,    
                                                                                                     
                                                         ¡Qué gran espectáculo!

Millones de estrellas brillaban para mí aprovechando la ausencia de la luna ¿o tal vez era yo la que brillaba para ellas?.
Me sentí en el punto de mira de los millones de ojos más bonitos que me habían mirado jamás, los cuales desde arriba, me desafiaban a ir y perderme entre ellos, de igual forma que me encontraba perdida en ese inmenso mar en medio de la nada. Una nada que, para mí, lo era todo.

Y sí, acepté su reto, quise subir y pasar el resto de mi vida componiéndoles poemas a cada una de esas estrellas. 
Me puse en pie y la barca se paró, fue entonces cuando Caronte, soltando los remos me dijo:
- Espero que hayas disfrutado el viaje, porque este es tu fin.


"Oh Caronte, te equivocas,
mi viaje no acaba aquí.
Hablo en verso
y mientras queden estrellas en el universo,
no podré morir"

4 comentarios:

  1. Interesante, bueno si si, me gusta. El final es demoledor!

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  2. a Mi tmb me ha gustado muchisimo! es muy bonitoo =)

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  3. Muy bueno, aunque prefiera los textos de estilo más negro, el final me ha encantado.

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