9.12.11

Ukeleles

Sonaban ukeleles por todos lados. Todo giraba deprisa y parecía confuso. Todo parecía confuso.
A la mañana siguiente, Raquel se despertó con un dolor de cabeza inhumano. Apenas recordaba que había pasado la noche anterior; pero por el simple hecho de que su cabeza rezumbaba fuerte y el dolor no le permitía hacer el esfuerzo de recordar. Lo único que alcanzó a ver por la ventana era la noche cerrada como un candado. Un candado de nubes de contaminación que nublaban la columna vertical de farolas de la calle.

"Siempre estaré triste y sola"

Raquel sacó de la pequeña funda roja su Ukelele de madera de castaño y descorchó esa botella que guardaba en la alacena para ocasiones especiales.
Raquel ya no vive sola, esta noche.
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Sonaban ukeleles por todos lados. Todo giraba deprisa y parecía confuso. Todo parecía confuso.
A la mañana siguiente, Raquel se despertó con un dolor de cabeza inhumano. Apenas recordaba que había pasado la noche anterior; pero por el simple hecho de que su cabeza rezumbaba fuerte y el dolor no le permitía hacer el esfuerzo de recordar. Lo único que alcanzó a ver por la ventana era la noche cerrada como un candado. Un candado de nubes de contaminación que nublaban la columna vertical de farolas de la calle.

"Siempre estaré triste y sola"

Raquel sacó de la pequeña funda roja su Ukelele de madera de castaño y descorchó esa botella que guardaba en la alacena para ocasiones especiales.
Raquel ya no vive sola, esta noche.

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