Binomio.

- Hey, hacía mucho que no venías a visitarme.


+ Lo sé, espero que no me hayas echado de menos.


- Jajajaja sabes que no, porque siempre vuelves. ¿Qué tal te va? ¿Todo bien?


+ Si fuese bien no estaría aquí.


- Bueno, eso es lo que querías ¿no? Toda tu parafernalia de hundirte en la mierda para inspirarte y escribir. ¿No era ese tu sueño?


+ Sí, pero no sabía que éste era el precio.


- ¿Ésto? Jajaja ésto no es más que la propina. Tendrás que pagar mucho más. 


+ No hay problema, puedes llevarte mi alma y usarla como un clínex para tus pajas nocturnas.


- Y quizá lo haga amigo mío, pero me alegro de que estés aquí. Es un paso más. Te vas acercando. Tú fuiste quién me pidió perder. Querías ver el sol sumergirse en brea como si fuese un mamut atrapado. Tú deseaste bucear en el barro, bajar hasta que la presión convirtiese tus huesos en astillas y aplastara tu cráneo. Tu deseo era llegar abajo.


+ Y lo sigue siendo.


- Jajajaja no era ésto lo que esperabas eh.


+ En absoluto.


- Bueno, nadar en mierda no es fácil y tú faltas siempre a clase de natación. No sabes qué hacer ahora, pero tranquilo, yo sí. Ten, te invito a una copa, y enfada ese rostro amigo, acabas de bajar tres pisos de golpe, ya estás más cerca de tu antinirvana.