No
es miedo a la soledad,
es
no poder estar seguro de que mañana
recuerde
cómo sonreír,
es
que quizá ni siquiera importe
nada,
mañana,
al
igual que nada lo hace hoy,
es
la oscuridad y el frío,
es
que mi corazón lleno de vacío
bombea vacío
hacia mis venas,
es
no recordar el último beso,
ni
la última lágrima,
es
el tiempo perdido sinsentido que pasa ahora
por
mi lado
como
cualquier otro
en
esta concurrida calle de tiendas,
sin
ni siquiera mirar,
es
la gran nube siempre
presente
que
trocea, mastica y traga
todo
aquello que una vez nos hizo
volar,
es
mortalidad y sombras,
es
sangre y cocaína y maría y whisky y techno y humedad y recuerdos,
es
silencio en la gran ciudad.
No
es miedo a la soledad
es tristeza,
siempre bella a su manera,
siempre bella a su manera,
y
nada más.
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