20.1.15

La mujer que no quería ser salvada

Pide auxilio y esconde el rostro,
excusa el ruego.
Confiesa, su lamento, que no
confiesa su debilidad cuanto más débil.
Ven, los huecos de sus miedos,
como cuencas vacías,
en toda salvación una derrota:
fue otra, otra la mano
que le tendió la ropa,
empapada de lágrimas sin agua,
y no ella sola.
Qué derrota.

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