23.1.15

Mandrágora




Rómpeme.

Arráncame el alma y destrózame.
Querías apreciar en mí la luz
y enfoqué las lámparas
sobre la sombra de mi cuerpo tostado.

Querías lamer mis cicatrices
y acabaste aullando por un trozo de mí.

Sujetaste un vaso con tormentas
y lo colocaste sobre mis piernas,
vertiendo las líneas divisorias de tu pantalón.

Jugamos a embotellar barcos,
a amenazar tigres a punta de pistola
y a perforarnos la boca hasta quedarnos sin aliento.

Me gemiste en el oído y sulfaté mis ganas
de dejarte sin piel.

Quise romper las cortinas
y acabé cortando mi vagina.

Te esparciste sobre mí
y nos volvimos invisibles.

Destrózame, es lo único que necesito antes de correrme.




(Fotografía de Christian Coigny)

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