Si
me echo a remar,
qué
más me da,
si
jábega o velero,
de
los que se dejan llevar,
mientras
no sea crucero.
No
quiero ser una más
de
los pasajeros
que, entre banquetes y juegos,
se
olvidan de navegar.
Si
me hago una barca
y
me lanzo al mar,
al
refugio del pensamiento,
¿me
llevarán las olas
a
buen puerto
o
encallaré en las rocas
al
naufragar?.
Si
consigo
pescar
versos,
¿encontraré
alguno que describa
lo
que siento
al
poderte mirar,
a
pesar del tiempo
que
se nos dio para olvidar?.
Yo,
que voy con la redes rotas
para
no capturar
los
besos pequeños,
que
les falta madurar.
Ésos
y los que no son
de
verdad.
No,
yo quiero navegar,
sentir
con el movimiento
que
somos igual.
Viento
y marea,
que
expanden y contraen
el
agua, sal y arena,
como
un corazón
bombea
la
sangre en las venas
dando
vida
a
todo lo demás.
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