10.6.15

oda al no futuro

Hartazgo produce el blanco de la camisa cuando, sumisa, asume dejarse hacer y no hacerse romper a jirones la tela que viste lo hondo de la mentira.
 -¡Pero qué elegantes reflejos!
Sin embargo, narcisos los escrúpulos.
Escrúpulos que silencian, con sus dedos de plomo, la mitad entre las comisuras. Acallan la duda. Por qué pantalones de traje. Por qué la espera. Por qué la renuncia a romper el suelo con el ruido que silba en las calles cuando sale del encierro. Por qué el voluntario engaño de creer en el yo de posibilidades concretas y subjetividad sujeta con zapatos de cordones. Y no ve que se rompen. Más le valiera andar descalza, confundirse con la mala hierba...
Mas sabe ella que la verdad es discreta.

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