30.8.15

Apnea


Eché de menos
una mirada
del verde
de praderas marinas
amenazadas,
nadé sin ahogarme
en un grito
de mera espuma,
de ausencia salada.
Como el agua
que viene,
pero nunca
se queda.
En olas que,
después de rozar,
se alejan.
Observé cómo te ibas,
sin querer ver que,
en realidad,
nunca estuviste.

Anda, cuéntame ahora
que te perdiste
intentándome encontrar.
A ver si se lo traga
la marea, que persiste
en su vaivén
queriéndote ocultar.

Yo me voy
a paso lento,
hacia atrás,
allí donde recuerdo
que profundo eres
como el océano,
igual de desconocido
por dentro,
igual de difícil
de explorar.

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