Se sentó a mi lado en la barra, se pidió una copa de vino y, tras un silencio incómodo, comenzó una conversación como si me conociese de toda la vida:
- Debe ser como pasear por la casa de alguien con síndrome de Diógenes.
- ¿El qué?
- Estar en tu cabeza.
- Bueno, más o menos. A veces la inclino y me salen bolsas y latas de cerveza por la oreja.
- Quizá podría entrar y limpiar un poco.
- ¿Y qué sería de mi mente sin esos pensamientos inservibles acumulados durante años?
- Podría instalarme yo, así no estaría hueca.
- Probablemente te sentirías incómoda al no ser la única mujer del lugar.
Y allí me quedé de nuevo. Con mi vaso a mitad y una copa de vino por encima. Mujeres...
mola un webo!!, esa conversacion es real? xD
ResponderEliminarhombres...
alto ahi! quietos todos... esto es bueno, es redondo, tiene mucha solidez y es breve, como me gustan a mi los textos. Un 10!
ResponderEliminarHombre! Ésto sigue vivo! jajaja me alegro que os guste =)
ResponderEliminar