Señora
ciudad ¿qué te hemos hecho?
Las
calles se han vuelto bosques de pinos
y
las alcantarillas disfrutan
a
diario
de
su dosis de lluvia dorada y
vómitos.
Las
ratas ahora son dueñas de la calle
y
del poder,
royendo
todas y cada una de las cajas de cartón
para
saquearlas y amasar su botín.
Los
monos, salvajes,
esnifan
el polvo confiscado y
devoran
todo rastro,
guiados,
entrenados,
obedientes
niños que se creen la ley.
Obedientes
niños que se creen soldados,
que
se creen concejales,
que
se creen abogados,
que
se creen ingenieros,
que
se creen filósofos.
Obedientes
niños que nos creemos artistas.
Señora
ciudad ¿qué te hemos hecho?
niños somos y en niños nos convertiremos
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